Un poema de amor para hoy, san Valentín, que también puede leerse "a lo divino". El poemario de Julio Rodríguez, "Una extraña ciencia", es todo él una delicia. No hay poema que me haya dejado indiferente.
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VÉRTIGO
Lo cierto es que yo iba deambulando
con la vista nublada (como el tiempo),
haciendo florituras con las manos,
esquivando infalible las farolas,
abriéndome camino entre la gente.
Lo cierto es que la noche, por entonces,
no tenía relojes ni verjas ni rendijas
y la luna era un péndulo y yo, sonámbulo,
recorría descalzo los tejados
de las casas dormidas.
Pero no es menos cierto que otras veces
despertaba, de pronto, en mitad de mí mismo
y notaba la ausencia y sentía ese vértigo
de los días que pasan como trenes vacíos.
Y aunque alguna vez diga que podría
haber sobrevivido en el alambre
y alardee de insomne equilibrista,
lo cierto es que llegaste
con los brazos abiertos a mi vida
en el justo momento en que ya me caía.
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