miércoles, 31 de agosto de 2022

#243 [No tuve mucha suerte. Hubiera sido] (Manuel Ballesteros)

 Dicen las noticias: 
"El Gobierno ha aprobado este martes la reforma de Ley del Aborto impulsada por el Ministerio de Igualdad de Irene Montero... Esta ley permite el aborto a menores de 16 y 17 años sin permiso paterno en las 14 primeras semanas de embarazo -también para mujeres con discapacidad- y elimina los tres días obligatorios de reflexión."

Y pienso en este poema de Manuel Ballesteros.

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No tuve mucha suerte. Hubiera sido,

si juzgo por los rasgos de familia,

un hombre tolerante, aficionado

a la buena pintura y a la música,

lector infatigable y algo crédulo,

enemigo de todo dogmatismo,

flexible, liberal, acerbo crítico

de nuestra tradición judeocristiana,

proclive a lo oriental, ecologista,

de la izquierda selecta, un ilustrado

del siglo XXI, residente,

más que probablemente, en un chalet

demotizado, de diseño, en una

exclusiva, atrayente, silenciosa,

¡ay!, urbanización de alto standing.

Pero no tuve suerte y me engendraron

en medio del invierno, de improviso,

una noche de amor, quizá, o de whisky,

sin planos, sin proyectos, sin haberme

buscado expresamente. Fueron días

difíciles en casa, se estudiaron

los contras y los pros, se sopesaron

códigos, argumentos, circunstancias,

se evacuaron consultas y, por fin,

(apremiaban los plazos y los médicos)

papá y mamá dictaron su sentencia:

"no se trata de un niño deseado,

existen evidentes riesgos psíquicos:

procede interrumpir". E interrumpieron.


martes, 30 de agosto de 2022

#242 And Day Brought Back My Night (Geoffrey Brock)

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AND DAY BROUGHT BACK MY NIGHT

It was so simple: you came back to me
And I was happy. Nothing seemed to matter
But that. That you had gone away from me
And lived for days with him—it didn’t matter.
That I had been left to care for our old dog
And house alone—couldn’t have mattered less!
On all this, you and I and our happy dog
Agreed. We slept. The world was worriless.

I woke in the morning, brimming with old joys
Till the fact-checker showed up, late, for work
And started in: Item: it’s years, not days.
Item: you had no dog. Item: she isn’t back,
In fact, she just remarried. And oh yes, item: you
Left her, remember? I did? I did. (I do.)

lunes, 29 de agosto de 2022

#241 Leyendo "La Commedia" (Alejandro Duque Amusco)

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LEYENDO "LA COMMEDIA"


Selvas oscuras, fieras alimañas.

Dante, con firme compañía, siguió un camino

que es ascensión y meta de amor y sufrimiento,

hasta el vergel de verdores agudos

donde es suave el mirar, la luz no engaña,

y una Rosa

es el Ojo inmortal del universo.


Pero hoy que las sombras protectoras

se alejaron, zarparon en la noche, y bogan

entre la nada y el recuerdo de nunca,

cuando despiertes de tu largo sueño

¿encontrarás

en la otra orilla del río irrebogable

la mano del poeta

que acompaña, los ojos

de Beatriz, la sabia y suave lumbre de Matelda?

El círculo a otro abismo de negror se abre.


Bajo una inmensa ausencia, sólo estrellas.

domingo, 28 de agosto de 2022

#240 Silence (Babette Deutsch)

Un domingo de retiro. Mañana empiezan nuevamente las clases, ay. Silencio y a recomenzar, que es un año nuevo.

(Con su esposo y co-traductor)

SILENCE

Silence with you is like the faint delicious
Smile of a child asleep, in dreams unguessed:
Only the hinted wonder of its dreaming, 
The soft, slow-breathing miracle of rest. 
Silence with you is like a kind departure
From iron clangor and the engulfing crowd
Into a wide and greenly barren meadow, 
Under the bloom of some blue-bosomed cloud;
Or like one held upon the sands at evening, 
When the drawn tide rolls out, and the mixed light 
Of sea and sky enshrouds the far, wind-bellowed
Sails that move darkly on the edge of night.

sábado, 27 de agosto de 2022

#239 A los que van a nacer (Dámaso Alonso)

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A LOS QUE VAN A NACER

¡Cuán cerca todavía

de las manos de Dios! ¿Sentís su aliento

rugir entre los cedros del Levante?

¿Hay en vuestras pupilas rabos de oro,

vedijitas, aún, incandescentes,

de la gran lumbrarada creadora?

¿O fraguasteis, tal vez, en su sonrisa

-sonrisillas de Dios, niños dormidos-

y juerga en vuestras salas,

niño eternal, gran inventor de juegos?

Oh, vosotros le veis, seres profundos,

y saltáis en el vientre de la madre.


¿Qué peces de colores

os surcan aguas del dorado sueño?

¿Qué divinos esquifes

-juguetes sin engaño-

cruzan el día albar de vuestro cauce?

¿De qué extraña ladera

son esas pedrezuelas diminutas

que bullen al manar de vuestras aguas?

Oh fuentes silenciosas.

Oh soterradas fuentes

de los enormes ríos de la vida.


Seréis torrente en furia

que va a rodar al páramo. Seréis

indagación y grito sin respuesta.

Ay, guardad esta luz estremecida.

Ay, refrenad el agua,

volved al centro exacto.

Ay de vosotros.


... Ay de estos cieguecitos

de leche no cuajada,

de tierna pulpa vegetal, dormida.

Ay, copos de manteca,

que hacia el mercado vais –de sus ordeños

modelados por Dios, aún en su música,

con las gotas aún de su rocío-

entre las verdes hojas de los úteros.


viernes, 26 de agosto de 2022

#238 The Fist (Derek Walcott)

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THE FIST

The fist clenched round my heart
loosens a little, and I gasp
brightness; but it tightens
again. When have I ever not loved
the pain of love? But this has moved

past love to mania. This has the strong
clench of the madman, this is
gripping the ledge of unreason, before
plunging howling into the abyss.

Hold hard then, heart. This way at least you live.

jueves, 25 de agosto de 2022

#237 Cosas que importan (Enrique Barrero)

Me ha entrado la nostalgia del 2010, un año estupendo. Estaba yo en la Universidad, descubriendo muchas cosas, re-descubriendo, sobre todo, la poesía. Era la época de los blogs, como "Rayos y Truenos," que el 2010 estuvo de fiesta, y del comienzo de "De cimas y subsuelos", el blog de décimas de Enrique Barrero, y otros tantos del vecindario.

Fue entonces cuando Enrique Barrero escribió una de mis décimas preferidas, que sentí muy mía desde el comienzo, pero que es ahora mi décima, porque en la versión en papel tuvo la gentileza de dedicármela. La he tenido casi como un secreto, y hasta me daba cierto apuro traerla al jardín, pero ¿cómo no iba a plantar aquí esta décima, el más mío de los poemas de este jardín?

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COSAS QUE IMPORTAN

Un poema. Una canción.

Un recuerdo que nos salva

Una veta de luz malva.

La fuerza del corazón

La amistad sin condición

Esperar por esperar.

Mirar las nubes pasar,

como pañuelos, sin prisa.

La inocencia en la sonrisa.

El horizonte y el mar.

miércoles, 24 de agosto de 2022

#236 The The Promise of the Morning Star (Amy Lowell)

 

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THE PROMISE OF THE MORNING STAR

Thou father of the children of my brain

By thee engendered in my willing heart,

How can I thank thee for this gift of art

Poured out so lavishly, and not in vain.


What thou created never more can die,

Thy fructifying power lives in me

And I conceive, knowing it is by thee,

Dear other parent of my poetry!


For I was but a shadow with a name,

Perhaps by now the very name's forgot;

So strange is Fate that it has been my lot

To learn through thee the presence of that aim


Which evermore must guide me. All unknown,

By me unguessed, by thee not even dreamed,

A tree has blossomed in a night that seemed

Of stubborn, barren wood. For thou hast sown


This seed of beauty in a ground of truth.

Humbly I dedicate myself, and yet

I tremble with a sudden fear to set

New music ringing through my fading youth.

martes, 23 de agosto de 2022

#235 Dios en la biblioteca (Jaime Siles)

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DIOS EN LA BIBLIOTECA 


Este despacho de papel vencido 

y esta luz de la tarde y estos libros

me producen –como las manos

de quienes los consultan– 

una mezcla de lástima, curiosidad y horror, 

pero me invitan también 

a un muy breve momento de entusiasmo, 

que me remite a un tiempo 

en que quiero pensar que fui feliz. 

Vivir era ligero: sin escorzos de niebla 

y los días pasaban sin su dificultad. 

Qué sostenía aquello nunca podré saberlo, 

como tampoco puedo saber por qué no está. 

El suyo es un placer que se inicia en su pérdida 

y que sólo en la angustia se nos da. 

Florece en el dolor toda belleza 

pero no se transforma: produce otro dolor 

cada vez más distinto y, en el recuerdo, igual. 

Algunos lo llaman madurez, aunque nada madura 

y todo se resiente, se erosiona, se quiebra, 

incluidos nosotros, 

que ya no somos ni siquiera dolor 

y que duramos sólo a inercia del instinto 

y nos sobrevivimos a nosotros mismos

como un caleidoscopio que forma sus figuras 

con cada vez más breves fragmentos de cristal, 

a fuerza de palabras. 

A fuerza de palabras estoy viviendo en mí 

mientras leo el paisaje de esta mañana muerta 

como todos los que estamos aquí, 

en esta Universidad, en este país, 

en este siglo, en esta biblioteca. 

En esta biblioteca donde quiero creer que fui feliz, 

donde acaso lo fui, donde tal vez lo he sido, 

donde quizá todavía lo soy, donde lo estoy siendo 

mientras escribo este poema que quiero creer

que dice algo de mí –no mucho: lo suficiente sólo 

para que parezca que tampoco he vivido. Pero he vivido: 

vivo mientras escribo este poema que vivirá conmigo, 

que me está viviendo, porque yo vivo en él 

y que me escribe, aunque pueda pensarse lo contrario, 

esta mañana en esta biblioteca, 

donde somos leídos, escritos y borrados 

por la mano lejana, última y próxima de Dios, 

que deja este poema en una mesa de esta biblioteca 

y yo lo leo, lo copio, lo transcribo 

para que lo conozcas tú, que no has nacido aún, 

que no estás, que acaso nunca estés, 

que tal vez no estarás y que, si estás, te servirá de poco, 

porque la ilusión de vivir es la falacia de todo poema 

como su máxima mentira es su lector. 

Un poema es una forma de verdad

que necesariamente engendra su propio personaje: 

quien lo dice, quien lo escribe, quien lo oye, quien lo lee. 

Ninguno de ellos es el yo que habla en el poema, 

pero todos están, como está la secretaria 

y el bedel y el estudiante en esta biblioteca 

y hasta yo mismo, que soy el único que sé que no estoy, 

que no estuve, que no he estado, que no estaré, 

pero que pienso que estoy en el poema 

y en la biblioteca, en la biblioteca y en el poema, 

como estará o ha estado o está, sin haber estado 

o tal vez estando, pero sin saberlo, el lector, 

el único que tiene razones para creer que no está, 

que no ha estado, que no estuvo, 

cuando es quien más ha estado y el único, 

después del poema, que puede pensar 

que ni ha estado ni estuvo ni estará 

como yo esta mañana en esta biblioteca, 

donde recibo o sufro –es difícil saberlo– 

la visita de Dios, y la escribo 

para un lector que es –él y no yo– 

el único sentido del poema: 

su desarrollo, su destino, su realización, 

porque no hay filología superior a la existencia 

ni lector que no sepa que el poema, que él lee, nunca está: 

él es el poema, como yo lo fui antes 

y como tú, lector, lo eres ahora 

aunque no hayas pisado –como tampoco yo– esta biblioteca,

porque estás hoy aquí, conmigo, 

en este poema y en esta biblioteca, 

donde nos perdemos, acaso para siempre, los dos. 

Tú, yo, el lector, el poema, 

la vencida luz de la tarde, Dios, la biblioteca, 

todo invita a un muy breve momento de entusiasmo, 

sereno escalofrío, laberinto y desesperación. 

Todo aquí es recuerdo de una muerte minúscula. 

El poema, también: 

en él todos estamos muertos, como ahora, 

¿me entiendes bien, lector?, ¿me entiendes?

lunes, 22 de agosto de 2022

#234 Summer Wind (William Cullen Bryant)

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SUMMER WIND

It is a sultry day; the sun has drunk
The dew that lay upon the morning grass;
There is no rustling in the lofty elm
That canopies my dwelling, and its shade
Scarce cools me. All is silent, save the faint
And interrupted murmur of the bee,
Settling on the sick flowers, and then again
Instantly on the wing. The plants around
Feel the too potent fervors: the tall maize
Rolls up its long green leaves; the clover droops
Its tender foliage, and declines its blooms.
But far in the fierce sunshine tower the hills,
With all their growth of woods, silent and stern,
As if the scorching heat and dazzling light
Were but an element they loved. Bright clouds,
Motionless pillars of the brazen heaven–
Their bases on the mountains–their white tops
Shining in the far ether–fire the air
With a reflected radiance, and make turn
The gazer’s eye away. For me, I lie
Languidly in the shade, where the thick turf,
Yet virgin from the kisses of the sun,
Retains some freshness, and I woo the wind
That still delays his coming. Why so slow,
Gentle and voluble spirit of the air?
Oh, come and breathe upon the fainting earth
Coolness and life! Is it that in his caves
He hears me? See, on yonder woody ridge,
The pine is bending his proud top, and now
Among the nearer groves, chestnut and oak
Are tossing their green boughs about. He comes;
Lo, where the grassy meadow runs in waves!
The deep distressful silence of the scene
Breaks up with mingling of unnumbered sounds
And universal motion. He is come,
Shaking a shower of blossoms from the shrubs,
And bearing on their fragrance; and he brings
Music of birds, and rustling of young boughs,
And sound of swaying branches, and the voice
Of distant waterfalls. All the green herbs
Are stirring in his breath; a thousand flowers,
By the road-side and the borders of the brook,
Nod gayly to each other; glossy leaves
Are twinkling in the sun, as if the dew
Were on them yet, and silver waters break
Into small waves and sparkle as he comes.

domingo, 21 de agosto de 2022

#233 Una flor en el campo (Joaquín Antonio Peñalosa)

 Un libro estupendo, de esos de sacar muchas sonrisas. 

FUN FACT: Aficionado a la fiesta brava, Joaquín Antonio Peñalosa fue capellán de la Plaza de Toros Fermín Rivera, en San Luis Potosí, México.

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UNA FLOR DEL CAMPO

Ustedes los que han estado en el parlamento,

      perdónenme,

yo no sabía que al orador no se interrumpe

a no ser con el ruido del aplauso,

      (cuando despierta el auditorio).


      Soy una mujer del pueblo

      sin educación cual ninguna,

escuchaba a Jesús apretujada entre el gentío

en la viva tierra y con aquel solazo,

jamás había oído hablar como él hablaba,

sin notas, atriles, micrófonos y vaso de agua.

      Enciende y quema,

      dice la pura verdad

sin miedo a las autoridades que se aprovechan

      del puesto y de la ley.


Cuando acordé, estaba yo gritándole

      de puro gusto:

—Dichosa la mujer que te dio a luz

y sus pechos que te amamantaron.

No hallé otra alabanza que gustara más al hijo.

Debió sonreír, suspirar, regresar a niño.

      Sus ojos de avellana

me buscaron acaso en el tumulto.

Le estrujé su corazón con una flor del campo

antes que otros lo traspasen con una lanza.


sábado, 20 de agosto de 2022

#232 In Summer Time (Paul Laurence Dunbar)

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IN SUMMER TIME

When summer time has come, and all

The world is in the magic thrall

Of perfumed airs that lull each sense

To fits of drowsy indolence;

When skies are deepest blue above,

And flow'rs aflush,—then most I love

To start, while early dews are damp,

And wend my way in woodland tramp

Where forests rustle, tree on tree,

And sing their silent songs to me;

Where pathways meet and pathways part,—

To walk with Nature heart by heart,

Till wearied out at last I lie

Where some sweet stream steals singing by

A mossy bank; where violets vie

In color with the summer sky,—

Or take my rod and line and hook,

And wander to some darkling brook,

Where all day long the willows dream,

And idly droop to kiss the stream,

And there to loll from morn till night—

Unheeding nibble, run, or bite—

Just for the joy of being there

And drinking in the summer air,

The summer sounds, and summer sights,

That set a restless mind to rights

When grief and pain and raging doubt

Of men and creeds have worn it out;

The birds' song and the water's drone,

The humming bee's low monotone,

The murmur of the passing breeze,

And all the sounds akin to these,

That make a man in summer time

Feel only fit for rest and rhyme.

Joy springs all radiant in my breast;

Though pauper poor, than king more blest,

The tide beats in my soul so strong

That happiness breaks forth in song,

And rings aloud the welkin blue

With all the songs I ever knew.

O time of rapture! time of song!

How swiftly glide thy days along

Adown the current of the years,

Above the rocks of grief and tears!

'Tis wealth enough of joy for me

In summer time to simply be.