martes, 5 de abril de 2022

#95 Berlín, otoño de 1938 (Luis Alberto de Cuenca)

Maravilla de edición: Introducción estupenda de Rodrigo Olay, amplísima selección, inéditos, traducciones, portada que captura muy bien algo de la poesía de Luis Alberto de Cuenca, donde hay tantos ecos de lo más pop a lo más clásico. 

Me gusta, sobre todo, el título y la explicación de Olay, que toma dos versos de José Luis García Martín dedicados a Luis Alberto de Cuenca ("En perseguir dragones has pasado la vida / y en poner una tilde y quitar una coma") para resumir su obra, y comenta: "En este sentido, por mucho que los recursos irónicos sean frecuentes en los versos de Cuenca, creo que no llega a ser nunca un cínico, pues, al fin y a la postre, su poesía, 'apunta siempre al bien', tal como él mismo ha declarado (...) Su poesía afirma, con verdad y belleza, el valor de los sueños. El valor y los sueños".

Feliz mes de la poesía, amigos. 

Aquí un poema muy suyo, muy bueno:



BERLÍN, OTOÑO DE 1938

Eché a andar hacia el sur. Llegué al Jardín Botánico.

El suelo estaba lleno de hojas muertas, que un día

dieron vida a las ramas de hayas y sicomoros,

de fresnos, de castaños de Indias y de sauces.

Hojarasca que un viento gélido dispersaba

por el parque a su antojo, aullando de manera

siniestra, como en Drácula, cuando Jonathan Harker

se dirige al castillo del vampiro, y los lobos

acompañan su marcha. Mis botas militares

aplastaban y hacían crujir aquellas hojas

secas y fugitivas, evocando otro ruido

en mi alma: el estruendo terrible de la Noche

de los Cristales Rotos. ¿Qué ocurría en mi patria?

Sentí cómo la muerte, disfrazada de otoño,

vigilaba mis pasos, y recordé aquel verso

imborrable de Homero que aprendí en el Gymnasium:

«Las hojas y los hombres son del mismo linaje».

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