Estoy leyendo "Vesper Flights" de Helen Macdonald, la autora del excelentísimo "H is for Hawk". Los ensayos sobre la naturaleza es quizá uno de mis géneros preferidos y Macdonald no tiene par. "Vesper Flights" es una colección de ensayos, entre los que está uno que más o menos cambió mi vida en el 2017. Si conseguí convencer a varias personas a emprender un road trip de dos días para poder ver el eclipse solar fue porque me topé con un artículo de Helen Macdonald en el New York Times que me impresionó tanto que pensé que perderme el eclipse, tan sólo a un par de estados de distancia, sería perder una de las grandes oportunidades de la vida. ¿Conducir desde Washington DC hasta Carolina del Sur para ver los 7 minutos que dura un eclipse? Así fue. Y vaya si valió la pena y si no han sido quizá los 7 minutos más emocionantes de mi vida.
***
"Vesper Flights", el ensayo que da título a la colección, habla de los vencejos (swifts), esas aves extrañísimas, semiapocalípticas, que vuelan rapidísimo y sin descanso, sin bajar a la tierra ni siquiera para recoger material para sus nidos. "Their nests are made of things snatched from the air," Macdonald escribe, "strands of dried grass pulled aloft by thermals; molted pigeon-breast feathers; flower petals, leaves, scraps of paper, even butterflies... They mate on the wing. And while young martins and swallows return to their nests after their first flights, young swifts do not. As soon as they tip themselves free of the nest hole, they start flying, and they will not stop flying for two or three years, bathing in rain, feeding on airborne insects, winnowing fast and low to scoop fat mouthfuls of water from lakes and rivers."
Al atardecer y al amanecer, bandadas de vencejos ascienden más de 3000 metros por razones complejas que Macdonald explica en el ensayo, principalmente para orientarse mucho mejor. Esto es lo que se llaman "vesper flights", y Macdonald, en ese movimiento tan magistral que logran los mejores ensayos sobre la naturaleza, consigue hacer de los vencejos una fábula sobre la comunidad y la toma de decisiones colectivas en tiempos difíciles, como la pandemia.
Entre el ensayo de Macdonald y este poema de Anne Stevenson ya no es posible mirar a los vencejos sin sentir una mezcla de admiración y extrañeza.
***
Por lo general pongo los links de donde saco las fotos solamente para reconocer el robo, pero este me ha llamado la atención porque cita una entrevista en la que Anne Stevenson habla con gran admiración—una admiración que comparto—de Dana Gioia. Y al final hay un poema muy bueno, "How Poems Arrive", que Stevenson le dedicó.
(via) |
SWIFTS
No hay comentarios:
Publicar un comentario