Dos polos en la relación con la poesía:
La musa que nos desprecia (como en el poema de hoy) pero a la que volvemos sedientos, necesitados (como en "Vuelta a la poesía", de Piedad Bonnett). Entre medias, el romance.
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LA POESÍA
No más que nadie ni mejor tampoco
que otros: la amé con rabia y obediente
de reglas y caprichos. Fui paciente
si ella beligerante. Estuve loco
al estimarla mía enteramente,
que ser el dueño fue tenerla en poco,
no poseerla en fin. Si ahora toco
por azar su virtud, indiferente
se entrega al viejo amigo que la busca
con voz arrepentida en el recuerdo.
Ya nada le reprocho, sin embargo,
y apenas si le escribo. No me ofusca
verla coquetear, pasar de largo...
Tal vez salgo ganando si la pierdo
de vista por un tiempo: en los que corren,
contadísimas diosas nos socorren
y ella también se porta como un cerdo.
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