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NOCTURNO
¿Qué misteriosa ley ha permitido
a los ojos del hombre habituarse
a noches como ésta con sus astros
vibrando sobre el mapa y las estrellas?
Es extraño tener que recordarme
la dicha de estar vivo para no
desatender el don de la presencia
en un instante así como el de ahora,
obligarme a salir
del santuario gris de la costumbre
para asomar el corazón sediento
a este paisaje negro y reanimarlo
con la copla del grillo.
Entonces me estremece un sentimiento
poderoso de chocante gratitud,
como si el mundo fuera una gran fiesta
a la que todos somos invitados
y su anfitrión un Dios que nos seduce.
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