El 21 de marzo se celebra el Día Internacional de la Poesía. No sé bien cómo articular la idea que me lleva a pensar en Eloy Sánchez Rosillo como el poeta ideal para celebrar este día. Sólo me ocurre una especie de tautología, medio perogrullada: es un poeta eminente poético, una poeta-poeta, de consistente lirismo. Este poema siempre me emociona, pero es que no hay poema suyo que no emocione.
Y ya que estamos: Gracias a los poetas y a los lectores de poesía, esa inmensa minoría, especialmente a los que os pasáis por aquí, compañeros de este pan diario, amigos.
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UNA PALABRA Y OTRA
Qué poder tan inmenso y qué sencillo
le resulta ejercerlo a aquel que lo posee.
Ni el más grande monarca pudo nunca
decidir de manera semejante.
Ilusión y deseo, papel, pluma,
y decir poco a poco lo que ahora está ocurriendo,
lo que tus ojos ven, lo que piensas o sueñas,
tu verdad de este día. Y nada más.
Así se hará el poema, si la buena fortuna
te acompaña y decide que de un hombre
brote una luz tan alta y verdadera,
tan pura y para siempre. Es increíble.
Una palabra y otra, y una música
pequeña y suficiente. Y va surgiendo
delante de tus ojos, de tu asombro,
una tarde con sol, un pájaro, la lluvia,
la luna, una muchacha, la hierba, el mar, la nieve.
En el camino hay mucha incertidumbre,
pasos titubeantes que no saben
si se aproximan al lugar del canto
o si de allí se alejan de forma irremediable;
la vida en vilo hasta que todo acaba.
Después ya sólo queda la alegría
y un corazón con mucha gratitud.
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