Tengo una amiga que se emociona casi hasta las lágrimas con un poema que empieza: "It takes a heap o’ livin’ in a house t’ make it home", y más adelante "Ye’ve got t’ weep t’ make it home, ye’ve got t’ sit an’ sigh / An’ watch beside a loved one’s bed, an’ know that Death is nigh."
He pensado en este poema al volver a leer el de Pablo Moreno Prieto, que nos deja que pongamos entre líneas todo ese heap o' livin' que se encierra en cuatro paredes.
LA CASA EN OBRAS
Entras despacio a contemplarla toda.
Bajo tus pies, su queja. Soledad,
tienes aroma de cemento viejo.
En sus paredes frías el pudor
de los primeros hombres al mirarse
tan desnudos, ridículos y pobres.
Los arquitectos qué poco tardaron
en pensarla, y apenas unos días
tan sólo el albañil piedra con piedra.
Pero toda una vida es necesaria
para llamarla hogar y el pan contigo.
Y, zas, a un golpe de piqueta, nada.
Y está cayendo el tacto de tu estirpe
en los espejos, la oquedad temblando.
El rostro de tu abuela lo dibuja
el polvo en la ventana. Tus hermanos
son las palabras que murmura el viento.
Tus padres cimentaron estos muros
y esta saga se extiende sobre el frío.
Te alejas muy despacio,
no quieres ver sus muros derrumbados.
En tu interior, la casa verdadera
se alza sin ceniza sobre el tiempo.
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