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THE VIOLET HOUR
Una línea morada poblada de adioses,
no es el alba ni la noche,
ni el sí ni el no desvencijados:
brotan ramas de mil ramas que muestran
espejos, maderas, cristales, murciélagos
que son cisnes plateados que cantan
las miserias del alma, ratas
que brillan la aurora y el arcoiris, perros
que se arrastran, pasa, la puerta angosta
y allí la risa y la música para siempre;
los delfines corriente abajo en barcas de seda,
allí el fuego y la derrota,
las rocas y la muerte. Nos engañan
los sentidos en esta hora cenicienta,
la hora de los ciegos que miran con el alma;
la hora que es toda nuestra vida,
que es el sí y el no desvencijados,
que es el alba y es la noche,
que es mucho, mucho más
que una línea morada poblada de adioses.
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