Hay poemas que comienzan creando una expectativa, te atraen con su música y tú vas vas respondiendo, haces pie, crees que sabes por dónde va—y de repente, un movimiento súbito y estás en un lugar completamente distinto, como arrebatado por una nube de fuego. Y es como una visión, un reconocimiento, una luz que de repente cambia la textura de las cosas. Es otro de los placeres de la poesía.
ARITMÉTICA
Lo que quiero que sea
lo que es
lo que pudo haber sido
lo que nunca será
lo que fue y lo que era
lo que pudiera ser
lo que querré algún día que haya sido
lo que quise que fuera
lo que a pesar de mí se obstina en ser
lo que siempre soñé que fuese un día.
Las cuentas son exactas:
yo soy el resultado.
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